Con una carrera que incluye actuaciones en los principales escenarios del mundo, Juan Diego Flórez se ha consolidado como uno de los grandes talentos de la ópera con su extraordinaria voz. Su generosidad, carisma y pasión son cualidades que lo distinguen en sus múltiples actividades filantrópicas, además de sus aclamadas actuaciones y grabaciones.
Juan Diego Flórez (Lima, 1973) inició su carrera musical desde muy joven cantando y tocando música peruana, pop y rock. A los 17 años, inició sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música de Lima y tres años más tarde obtuvo una beca para estudiar canto en el Curtis Institute of Music de Filadelfia. En 1996 hizo su debut profesional en el Festival de Ópera Rossini de Pesaro, cuando tomó el reemplazo del papel del tenor principal de Corradino en Matilde di Shabran. Su debut fue un verdadero éxito y marcó el inicio de una carrera estelar. Ese mismo año, con tan solo 23 años de edad, debutó en La Scala de Milán, dirigido por Riccardo Muti, inaugurando la temporada 96/97. Desde entonces, ha aparecido de manera constante en los teatros y escenarios más importantes del mundo junto a directores de fama internacional.
En 2007, Juan Diego Flórez concedió el bis del aria Ah! Mes amis de la ópera de Donizetti La hija del regimiento, célebre por los nueve dos de pecho, en el Teatro de la Scala de Milán, rompiendo así el veto de repetir arias vigente desde 1933. En 2008, repitió la misma hazaña en el Metropolitan de Nueva York tras varios años en los que no se repetía una aria.
Juan Diego Flórez cuenta con un amplio catálogo de CD en solitario, así como de óperas completas en CD y DVD. Ha sido reconocido como uno de los mejores tenores de la historia por la BBC y ha recibido numerosos premios y distinciones, incluyendo la distinción más alta otorgada por el Perú, la Gran Cruz de la Orden del Sol, y el título de Kammersänger, otorgado por el gobierno austríaco en 2012.
En 2011, Juan Diego Flórez fundó Sinfonía por el Perú, un proyecto social inclusivo inspirado en el Sistema de Venezuela, que tiene como objetivo favorecer el desarrollo personal y artístico de los niños y jóvenes más vulnerables del país a través de la creación de orquestas y coros en el nivel nacional. En reconocimiento por su labor, fue nombrado en 2012 embajador de buena voluntad de la UNESCO y fue premiado en enero de 2014 por el World Economic Forum con el Crystal Award.