Orquesta Sinfónica de Castilla y León
Roxana Wisniewska Zabek, violín
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Benjamin Britten (1913-1976)
Concierto para violín, op. 15
Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Sinfonía n.º 5 en re menor, op. 47
La música del siglo xx es un complejísimo crisol de interrelaciones estilísticas que cada autor llevó por caminos muy personales. En el caso de Britten y Shostakóvich, las características que los unen son más importantes que las que los separan. Fueron grandes amigos, y sus vidas se vieron marcadas por una lucha entre la libertad personal y las circunstancias sociales o políticas.
Las obras que escucharemos hoy son un paradigma en este sentido: Britten compuso su Concierto para violín en Estados Unidos, donde arribó desde una postura abiertamente pacifista en tiempos de guerra. La obra sorprende por su madurez, y contiene todo tipo de homenajes e influencias, como por ejemplo Beethoven, Bach, Prokófiev y sobre todo Mahler.
La parte solista estará a cargo de la vallisoletana Roxana Wisniewska Zabek, que ya ha tocado el concierto en España con gran éxito: “Afrontó el dramático concierto de Britten (…) apoyada en sus vigorosos y bien administrados medios técnicos e inmersa en esa expresividad ‘sombría, meditativa y trágica’” (Scherzo, 2020).
La visión trágica de Mahler, efectivamente, dio para mucho, y se puede decir que, junto con las últimas sinfonías de Nielsen, forma el sustrato perfecto en el que floreció Shostakóvich. Su Sinfonía n.º 5 guarda probablemente un doloroso subtexto. De hecho Rostropóvich escribió que “el final es una tragedia. Irreparable”. Buena elección, por tanto, para que el fuerte carácter de la portuguesa Joana Carneiro ponga de relieve esa contradictoria majestuosidad que ha convertido plenamente a esta sinfonía en una obra de repertorio.