Orquesta Sinfónica de Castilla y León Masaaki Suzuki, director David Quiggle, viola Alina Ibragimova, violín
Programa
Félix Mendelssohn-Bartholdy (1809-1847) Obertura Las Hébridas op. 26
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) Sinfonía concertante para violín y viola en Mi bemol Mayor, Kv 364
Ludwig van Beethoven (1770-1827) Sinfonía nº 2 en Re mayor, op. 36
Massaki Suzuki –a quien pudimos ver en la temporada de Ciclos con su agrupación barroca Bach Collegium Japan– ha sido reconocido por su expresivo refinamiento y la veracidad de sus actuaciones. Su interesante visión historicista y su personal planteamiento ante cada compositor nos permitirá escuchar una orquesta con un color diferente a la habitual interpretación a la que estamos acostumbrados. El canadiense David Quiggle, viola principal y viola solista en diferentes orquestas internacionales, y la violinista Viviane Hagner, elogiada por la crítica por su inteligente musicalidad y apasionada maestría, serán los solistas de este concierto. Tres interesantes protagonistas para un interesante programa. Abre el concierto Las hébridas de Mendelssohn, un poema sinfónico en el que el compositor trata de dibujar, a través de la música, el paisaje y la impresión que le produjo el movimiento de las olas chocando sobre las paredes en la Gruta de Fingal –sobrenombre de la obertura– que generaba unos sonidos sobrecogedores, origen de la inspiración del compositor. La Sinfonía concertante de Mozart programada en esta ocasión es uno de los dos ejemplos de este género –híbrido entre la sinfonía y el concierto– que figuran en su catálogo y es una muestra del gran lirismo del compositor vienés combinado todavía con la elegancia del estilo rococó, pero sobre todo, de su magistral capacidad para equilibrar el papel de cada instrumento solista. Se completa el programa con la Sinfonía nº 2 de Beethoven compuesta en Heilegenstadt –lugar donde escribió su famoso testamento– en 1802, cuando el maestro de Bonn empezó a acusar los primeros síntomas de la sordera. Tachada de excéntrica por sustituir el tradicional minuet por un scherzo, es una de las últimas obras de su llamada primera etapa y supuso un avance en su personal lenguaje musical. 
